lunes, 29 de abril de 2013

MANUEL GOLD, el tímido.

Sin glamour pero con talento
Manuel Gold se define como actor, aunque no descarta dirigir alguna vez. Eso sí, tiene que ser una producción audiovisual ya que en el teatro lo que quiere hacer es actuar.
Manuel Gold se define como actor, aunque no descarta dirigir alguna vez. Eso sí, tiene que ser una producción audiovisual ya que en el teatro lo que quiere hacer es actuar.
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Tiene 27 años y, aunque no parezca, es recontra tímido. Pero sobre el escenario se despoja de la vergüenza. Manuel Gold es uno de los jóvenes actores peruanos más carismáticos y también uno de los más chamberos.
Texto: Nilton Torres V.
Fotografia: Juan Pablo Azabache.

Cuando Manuel Gold Pérez tenía 15 años no solo era tímido, sino un inepto con las mujeres. Es más, mientras todos sus patas tenían enamorada, él se conformaba con ser el mejor amigo de las chicas de su barrio. Ellas le contaban sus problemas amorosos y le confesaban qué chicos les gustaban. Él odiaba eso, sobre todo porque más de una vez le tocó hacer de mejor amigo de la muchacha de la que estaba templadazo.
Esa sensación de tribulación adolescente y choteo perpetuo le sirvió, con los años, para darle forma al personaje que hoy interpreta sobre el escenario: el miope y timorato Allan Félix, cuyo máximo anhelo es tener el jale de Humphrey Bogart (interpretado por Pietro Sibille) con las mujeres.
“Sueños de un seductor” se llama la obra que Gold protagoniza –hasta el mes de junio– en el Teatro Larco de Miraflores. Sentado en una de las butacas de esta sala, el actor confiesa  que a sus 27 años sigue siendo tímido y nada seductor, aunque ha ido ganando confianza. El resultado es la novia que lo acompaña desde hace dos años y a quien conquistó no precisamente por su cuerpazo o su labia.
“El sentido del humor es una gran arma. Cuando empecé a salir con mi novia nos reíamos mucho. Así que si no eres elegante, no sabes usar palabras bonitas o eres poco agraciado, como yo, hazla reír. El humor puede suplirlo todo”.
Y buen humor es lo que le sobra a este actor que en su haber tiene 21 obras de teatro, tres películas aún no estrenadas, varias series de televisión y un par de comerciales, entre ellos la publicidad de un  banco en el que el salía cantando aquello de “Es fin de mes, pagaron ya…”. Un comercial que, para su desdicha, se volvió muy popular y no solo lo obligó a verse en la tele varias veces al día, sino también a pasar por la experiencia de estar en un bar y que un borracho le suplicara que le cante la bendita cancioncita.
Un personaje llamado Manuel Gold
Manuel empezó a actuar cuando estaba aún en el colegio. Estudió la carrera de negocios, trabajó en una empresa en el área de recursos humanos, luego pasó a contabilidad y terminó en el almacén. Allí se dio cuenta de que eso no era para él.
Se puso a estudiar Comunicación audiovisual, participó en las series “Los del Solar” y “Condominio S.A.”, hasta que en el 2007 llegó la experiencia que marcó un antes y un después: el taller de Roberto Ángeles. “Allí recibí mi formación oficial. Antes había hecho talleres pequeños, pero con Roberto es que aprendo a actuar en serio”.
Llegan los comerciales, la serie “Matadoras”,  más obras de teatro y más personajes. Incluido aquel que lo hace deambular por galas de estreno, cocteles y cuanto evento social ocurra en Lima.
Desde hace dos años, Manuel Gold es también uno de los ladinos reporteros del programa  “Polizontes” (Plus TV). “Ese que sale en la tele cochineando a los entrevistados y buscando que se metan con él, también es un personaje. De no ser así, sería el programa más aburrido del mundo”.
En la galería de personajes interpretados por el actor se cuentan un dibujo animado, un astronauta, un payaso callejero, una vaca y un chico irlandés, entre muchos otros.
La mayoría de sus roles son trabajados desde el humor, pero Manuel prefiere huir del encasillamiento y resalta también papeles dramáticos, como el de aquel cómico ambulante llamado Tripaloca, de la obra “A ver, un aplauso”.
“Definitivamente hay personajes más demandantes que otros, y otros más placenteros con los que no sufres tanto. Y eso no depende de si la obra es una comedia o un drama. Para mí lo fundamental es actuar”.
Quiere ser Julio Ramón
Manuel Gold dice que ser actor no es tan elegante ni glamoroso como se cree. Más cuando realmente estás decidido a vivir de este oficio, determinación que en su caso le ha demandado no decir nunca no a cuanto papel le han ofrecido. Aunque ahora vive tranquilo, ya que la chamba como Polizonte le da cierto respiro.
“Es una bendición tener un sueldo fijo al mes. Te tranquiliza y no estás como loco buscando una obra o un papel en alguna serie”.
Por eso de lo que queda de este año, aunque ya tiene comprometida su participación en una obra para niños (“Los fabulata”) y otra en la que interpretará un rol dramático (“Falsarios”), se ha planteado tomarse las cosas con más calma y darse tiempo para él y su vida personal.
Pensar en su futuro es algo que no se le da muy bien, por eso prefiere estar atento a lo que se le vaya presentando en el día a día, pero, por si las moscas, lanza un aviso, casi, de servicio público: si alguna vez a alguien se le ocurre hacer una obra sobre Julio Ramón Ribeyro, por favor, que lo llamen inmediatamente.
“Me encantaría hacer de Julio Ramón. Lo admiro desde el colegio, me he leído todos sus cuentos. No sé si lo interpretaría mejor que cualquier otro actor, pero a mí me gustaría hacer de él. Además, creo que tengo el biotipo: soy flaco y fumo, aunque no tanto como él”.

FUENTE: http://www.larepublica.pe/07-04-2013/sin-glamour-pero-con-talento



















































































































































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