El (otro) padre de la criatura
En medio del fénomeno ¡Asu Mare!, todos hablan de Carlos Alcántara, pero pocos reparan en la solvente labor cumplida por el director de la película, Ricardo Maldonado. El hombre del comercial Peru - Nebraska tiene más de una historia que contar.
Texto: Óscar Miranda .
Fotografía: Milko Torres y archivo de Tondero Producciones
Fue en abril de 2011, el día en que filmaron la escena del sheriff, en Peru, Nebraska. Carlos Alcántara debía acercarse a convidarle un plato de picarones al jefe policial del pueblo. ‘Cachín’ arrancó con la energía muy alta, con un sombrero en la cabeza y soltando su rollo canchero y de barrio, y entonces Ricardo Maldonado, director del comercial, sintió que eso no era lo que estaba buscando. Lo llamó a un lado y conversaron. Le dijo que quería verlo más a él que al personaje. Que no intentara ser gracioso porque haciendo menos lograba que sucedieran más cosas. Y así fue. ‘Cachín’ se acercó de nuevo al sheriff y esta vez lo hizo con su gracia natural, sin excesos, cambiándole las donas por los picarones e invitándolo a chuparse los dedos. La escena terminó siendo una de las más divertidas y recordadas del comercial. Pero la cosa no quedó allí.
Esa noche, en el hotel de Peru, en el que se alojaban el equipo de producción y los embajadores de la Marca Perú, ‘Cachín’ se acercó a Maldonado. “Oye compadre, hay una cosa de la que quería hablarte”, le dijo. Le contó que a Miguel Valladares, productor de su unipersonal ¡Asu Mare!, se le había ocurrido hacer una película basada en su show. “Y la verdad es que hoy que hemos filmado juntos he recordado lo bien que nos llevamos”.
Alcántara y Maldonado ya habían trabajado en varios comerciales playeros de una marca de cervezas y se sintieron muy cómodos haciéndolo. Ahora, ‘Cachín’ quería que dirigiese su película.
El director lo escuchó con interés y le dijo que lo pensaría. Y después de algunas dudas, cuando vio la entusiasta recepción del comercial, el carisma del actor y el cariño que le tenía la gente, lo decidió. “Lo llamé y le dije: juntémonos”.
¡Asu Mare! ya ha pasado a la historia del cine peruano. Hasta el último viernes, ocho días después de su estreno comercial, había sido vista por más de 1 millón 100 mil personas, una cifra jamás imaginada por nadie, ni siquiera por sus creadores. Todo el mundo habla de la película y, sobre todo, de su protagonista, Carlos Alcántara. Pero muy pocos han reconocido el trabajo de Ricardo Maldonado, el tipo que hizo que la historia de ‘Cachín’ –convertida en un guión por Alfonso Santistevan–, llegara a las pantallas con notable solvencia.
Maldonado es uno de los más importantes directores de publicidad del país. Ha hecho más de 900 comerciales en 18 años de carrera y ha ganado 35 premios internacionales y 50 nacionales, entre ellos tres Leones de Bronce del Festival Internacional de Creatividad de Cannes y cuatro veces el premio a Mejor Director de Perú en El Ojo de Iberoamérica. Hasta antes de esta película su mayor éxito había sido el comercial Perú - Nebraska. Un comercial –en realidad, un documental de 15 minutos– que encantó dentro y fuera del país.
Una idea osada
Cuando la alcaldesa de Peru, Nebraska, recibió la carta de unos publicistas peruanos que querían filmar en sus calles, pensó que eran unos estafadores y se quedó esperando la segunda carta en la que seguro le pedirían que depositara dinero en una cuenta bancaria. Maldonado y la gente de Young & Rubicam tuvieron que recurrir a la sucursal de la agencia en Nueva York para que la convenciera, y esta lo logró solo a medias. Ella temía que por destacar la riqueza cultural del Perú los realizadores caricaturizaran a su pueblo. Solo cuando vio el comercial terminado, meses después, se quedó tranquila.
La idea era simple: un grupo de peruanos ilustres visita un pueblo de Norteamérica llamado Peru para enseñarles a sus habitantes lo que significa ser peruano. Llevan comida, bebidas, música y la alegría y el sabor de los nacidos en esta tierra. “La idea era muy osada y muy bonita, simplemente no había que cagarla a la hora de ejecutarla”, dice Maldonado, riendo, en un ambiente de su productora, Cine 70. Cuenta que filmó el comercial en cinco días, dirigiendo a un equipo de 70 personas, con técnicos que había jalado del mundo del surf ("buscan la forma de que algo se vea bien aun cuando no tienen recursos"). En cuanto el comercial salió, fue un éxito. Se convirtió en un viral en las redes sociales y en el principal referente de la Marca Perú. Ganó cerca de 30 premios de publicidad en el ámbito internacional, incluyendo dos Leones de Cannes. Un año después hizo otro comercial de la Marca Perú sobre una ciudad llamada Loreto, en Italia, también aplaudido.
“Siento que Perú – Nebraska fue el proyecto que más me enseñó. Fue el campo de aprendizaje que ha hecho posible ¡Asu Mare!”, dice Maldonado. “Perú – Nebraska es una comedia melancólica. Y ¡Asu Mare! también lo es”.
Mejor no filmar
Poco después de que el director entró al proyecto, Alfonso Santistevan se hizo cargo del guión y se entregó a la difícil tarea de convertir un show de stand up comedy en una narración lineal que tuviera clímax. Maldonado aportó lo suyo. “Cuando me enteré de esta anécdota de que lo estafaron dije ‘esa caída es mi Acto 3’. Yo quería un acto final triste, que hiciera que ‘Cachín’ también se equivoque. Okey, lo estás queriendo, lo quieres más, lo quieres más y de repente hace cosas con las que no estás de acuerdo... pero se levanta y lo vuelves a querer otra vez. Eso es teoría cinematográfica”.
A la hora de filmar, el publicista decidió reducir el tiempo dedicado al 'Cachín' adolescente, interpretado por Santiago Suárez, porque entendió que no podía tener una película sobre la vida de Alcántara sin mostrarlo en pantallas. Dice que eso le ha costado algunas críticas pero que fue mejor así.
Maldonado dice que siempre fue un convencido de que se debía incluir los stand up en la cinta, tema sobre el que no todos en el equipo estaban de acuerdo. Para él era claro que había episodios que contados por 'Cachín' eran mucho más poderosos que siendo actuados. La escena de la fiesta, por ejemplo.
La noche anterior a la filmación de esa escena –'Cachín', junto con su amigo 'Culich', se cuelan en una fiesta, saca a bailar a una chica y le canta en un 'inglés' muy particular–, el director no podía dormir. "Decía ¿qué me pasa, qué me pasa? Y entonces me di cuenta de que nada de lo que habíamos ensayado ese día funcionaba". En un intento por incorporar la dinámica del stand up a la escena, Maldonado había probado haciendo que Alcántara actuara y en cierto momento mirara a la cámara y le hablara al público (como en la película Alfie). Pero no, no resultaba.
La mañana siguiente, lo primero que hizo fue llamar al actor. "Compadre, ¿sabes qué? No filmemos esto, hagamos stand up de esta parte". 'Cachín' aceptó encantado. "Él también se había sentido inseguro de la escena", cuenta el realizador, sonriendo. "Al verme me abrazó y me besó".
La decisión demostró ser correcta. En el cine, cuando 'Cachín', en vez de actuar el baile, lo cuenta, el público se viene abajo de tantas risas.
Sí al apoyo estatal
¿¡Asu Mare! demuestra que el cine comercial es el camino? "Para nada", responde Maldonado. "No pretendemos que esta película sea un primer paso hacia nada ni estamos mostrando un camino. Lo único que hicimos fue lo que necesitábamos hacer para que esta historia funcionara. Para que fuera una película divertida, no pretenciosa, y para que fuera taquillera".
El director cree que el apoyo del Estado a los proyectos cinematográficos debe mantenerse. "Tiene que existir todo tipo de cine en el Perú. Organizaciones como Dicine y el circuito independiente tienen que seguir, no me parece que lo comercial le quite a lo independiente, para nada. El hecho de que haya más cine comercial va a hacer que haya más cine independiente".
Después de posar para las fotos, Maldonado recibe una llamada del productor, Miguel Valladares. "Ayer (jueves) la han visto 90 mil personas", cuenta tras colgar. "Qué bestia, es una vaina inmensa, yo todavía no lo puedo creer". Antes del estreno, él le tenía tanta fe al filme que apostó con Valladares un almuerzo a que la película llegaría a los 800 mil espectadores. Ahora creen que podría llegar a los 2 millones. La apuesta aún no ha sido pagada pero Maldonado piensa cobrarla. Ese almuerzo, seguramente, tendrá el sabor del éxito.
Fuente: http://www.larepublica.pe/21-04-2013/el-otro-padre-de-la-criatura
Cine populachero, ¡ay, fo!
Ni bien se supo que Asu mare, la película de Carlos Alcántara había vendido 35 mil entradas en su preventa –y, claro, mucho antes de saberse que, en su estreno, convocaría a la increíble cifra de 152.045 espectadores, llevándose de encuentro a los anémicos vampiros de Amanecer Parte 2, que tenía el récord con 142 mil espectadores–, y ya salieron los aguafiestas de siempre a escupir en la sopa: que eso es cine chatarra, que está hecho al gusto del vulgo, que el unipersonal era mejor, que ojalá el cine serio tuviera el mismo apoyo, que deberíamos ser como los argentinos y los mexicanos que tienen su buen cine financiado por Estado y bla bla bla bla.
Incluso en el gremio cinematográfico, en lugar de hacer una fiesta nacional por semejante éxito, el comentario fue tibio, como para cumplir con las formas. Porque, para muchos de ellos, una película de corte popular no se puede comparar con las obras de arte que hacen algunos bajo el paraguas de cine de autor. ¿¿¿Cine al gusto de las mayorías??? ¡¡¡Aggg!!! ¡¡¡Qué bajo hemos caído!!!
Los mismos que lloran ayuda del Estado para hacer películas que luego ven veinte personas (porque la gente es ignorante, pues), menosprecian la película de Alcántara como un producto intrascendente y hasta nocivo para la “construcción” de un auténtico cine nacional.
Asu mare es, ciertamente, una película hecha para vender. Producto absoluto del marketing, no tiene pretensiones artísticas y sí todos los elementos para dar en el blanco del gusto popular: además del increíble carisma de Cachín, junta a los inolvidables actores de ‘Pataclaun’, cuenta con una historia testeada en los exitosos unipersonales de Alcántara, apela a tópicos muy populares de nuestra historia reciente, y es dirigida por la gente que hizo los spots de Marca Perú. Por si fuera poco, ha contado con el millonario auspicio de una inmensa transnacional como Brahma, que asumió todo el gasto de la promoción y un lanzamiento a lo grande. Ojo, eso sí, los placementes son un poquito exagerados: está bien que Brahma la banque, pero tampoco es un infomercial, ¿no?
Quienes critican Asu mare olvidan que el buen cine argentino que adoran no se construyó sobre el subsidio del Estado –que llegó mucho después–, sino que se forjó, fuerte y robusto, sobre los lomos de las gatitas de Porcel y las lágrimas de Libertad Lamarque, así como el buen cine mexicano de hoy se alimentó de las edulcoradas y simplonas películas de Cantinflas, Pedro Infante y Sara García. Ellos construyeron el gusto de sus compatriotas por el cine hecho en casa, en un lenguaje que entendían, con personajes que les resultaban cercanos y con argumentos que, más que pretender culturizarlos a la fuerza, les brindaban historias de evasión fácil y de diversión masiva.
Muchos de nuestros cineastas no entienden que lo que va a construir el cine nacional no es la plata de los contribuyentes, sino el gusto del público, y el público del cine, aquí y en la China, antes que nada quiere divertirse. Más de una vez he oído decir a más de un amigo cineasta que el verdadero cine no debe bajar al nivel de la masa, sino “hacerla subir” a su altura, por lo que no se deben hacer concesiones. En otras palabras: el que no entiende mi cine culto, que se joda.
Lástima que, por esa actitud, el peruano haya dejado de apoyar a su cine (el último taquillazo fue Pantaleón y las visitadoras, de Pancho Lombardi) y haya tenido que optar por los taquillazos extranjeros de dudosa factura, mientras muchas buenas películas han pasado inadvertidas por culpa del prejuicio de que el cine peruano es aburrido y lento.
El gran aporte de Cachín no va por el lado de la calidad –algo muy opinable siempre–, sino por abrir trocha para que el peruano vuelva los ojos a su propio cine. Tal vez, en un futuro, los hoy exquisitos fans del cine de autor le hagan un monumento, porque gracias a él –y a los otros que vendrán– hubo gente que, por fin, se interesó en sus inteligentísimas y crípticas obras de arte.
FUENTE: http://www.larepublica.pe/columnistas/palos-de-ciego/cine-populachero-ay-fo-13-04-2013
El éxito de ¡Asu mare!
Es por el personaje
Carlos Cotler, cineasta peruano.
La gran acogida de la película nacional ¡Asu Mare! no va a significar el inicio de la industria cinematográfica peruana, la película sí será un gran referente por el éxito en la taquilla. El marketing y la publicidad ayudan, pero no es un punto de partida; el éxito se debe a que el personaje central, Carlos Alcántara, es reconocido y aprobado por el público nacional, tiene una gran trayectoria en el teatro y la televisión; el estilo del stand up comedy que presenta ha tenido un gran recorrido por diferentes ciudades. El costumbrismo no tiene pierde, como ejemplo tenemos ‘Al fondo hay sitio’ con gran éxito en la pantalla chica; además, se ha dado una identificación primaria del público con su época. No atrevería a decir que a partir de ¡Asu Mare! las películas comerciales serán bien recibidas por el público peruano. Se han presentado en las salas peruanas películas de este corte que no han tenido respaldo. El éxito es relativo y el público nacional es plural.
Se debe al marketing
Gabriel Quispe, integrante de Apreci.
El éxito de ¡Asu Mare! nos lleva a analizar la forma y el fondo del cine peruano. Se debe reconocer la necesidad de que los cineastas no solo deben enfocarse en el contenido del filme o el lado artístico, sino también tener en cuenta la publicidad y el marketing; si se quiere llegar al éxito sorprendente de la cinta de Alcántara, con 152 mil espectadores en su día de estreno, se debe delegar esta labor a un equipo especializado. A mi parecer, luego de ¡Asu Mare!, se podría entrar a una nueva etapa. En julio se estrenará la película ‘Cementerio general’, y si logra una asistencia de, digamos, unas 500 mil personas, que sería un buen resultado, estaríamos hablando de una consolidación del cine comercial peruano. Este fenómeno, que no tiene por qué enfrentarse al cine más personal, sino convivir con él, debería ser apreciado por las autoridades y así agilizar el proyecto de Ley del Cine y el Audiovisual Peruano, que está estancado en el Ministerio de Cultura desde hace un año.
FUENTE: http://www.larepublica.pe/columnistas/punto-de-vista/el-exito-de-asu-mare-20-04-2013
El siguiente link es para ver la película.
http://www.youtube.com/watch?v=H80yoNaycrI